Vídeo Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=SMyJxbHbPTU
Fantástica la visita efectuada a la localidad cacereña de Alcántara aprovechando los Premios Espiga al vino y tapón de corcho de Caja Rural de Extremadura. Gracias a Martín Fariñas y a todo el equipo de Caja Rural pudimos disfrutar de esta bellísima localidad cargada de una historia y patrimonio cultural impresionante.
Empezamos con un desayuno al aire libre en el propio Puente Romano de Alcántara, una majestuosa obra sobre el río Tajo de más de 70 metros de altura total construido allá por el año 105 dC en la época del Emperador Trajano. El puente ha sido testigo de numerosas guerras y luchas en la época musulmana y entre Castilla y Portugal. Igualmente en la época de la Guerra de Sucesión y en la de Independencia es destruido parcialmente y restaurado de nuevo. En el arco del centro del puente luce el escudo del emperador Carlos V por una cara y por otra la de Isabel II.
Por encima del puente se encuentra el embalse de José María de Oriol y al lado derecho se mantiene aún la Torre del Oro como defensa del puente. En el lado izquierdo, un templete sobre el que se efectuó un bello acto de mezclar las aguas del Tajo y del Guadiana.
Tras el desayuno, nos desplazamos al centro del pueblo, a visitar a la Iglesia Santa María de Almocóvar, pero antes, podemos disfrutar de la plaza de la Constitución donde se encontraba el Palacio De los Roco-Campofrío, entregado a la familia por Alfonso IX en la reconquista de la localidad a los musulmanes por su destacada ayuda y protagonismo destacado. Los materiales utilizados para la construcción del Palacio, en base a granito, muestran la importancia de esta familia-linaje en la época cuyo escudo de armas preside la entrada.
En la misma plaza, podemos observar también el Palacio de los Marqueses de Torreorgaz, linaje de la familia de los Aponte, familia asentada en esta Villa desde el siglo XVI; en 1699 se concede el Marquesado de Torreorgaz a don Diego de Aponte y Zúñiga, Topete y Aldana, Regidor Perpetuo y Caballero de la Orden de Alcántara donde según nos comentó la guía turística se dice que se alojó la Reina Isabel II junto con toda su Corte durante un tiempo mientras negociaba con el Rey de Portugal. Incluso se asomó a uno de los balcones para saludar a los ciudadanos en unas de las fiestas que se celebraban en la plaza. Actualmente el estado del Palacio es lamentable, al igual que el otro Palacio que se encuentra al final de la plaza y que parece ser se encontraba en restauración para crear un hotel, pero que finalmente fue también abandonado.
Iglesia de Santa María de Almocóvar. Esta iglesia siempre tuvo los títulos de Conventual, Arciprestal y Parroquial. Su arcipreste debía ser religioso de la Orden de Alcántara y lo nombraba el rey a propuesta del consejo de órdenes tras superar varios exámenes. Fue la Sede de la Orden de Alcántara mientras se construía el Conventual de San Benito, de ahí las ventanas caladas laterales de la fachada principal como defensa militar que no son propias de una iglesia cristiana.
Está asentada en uno de los lugares más altos de la antigua Villa, la iglesia se construye sobre la mezquita.
Al parecer, tras la conquista de la población, la adaptación de la mezquita fue suficiente para el culto cristiano; poco después, se inició la construcción de un nuevo templo siendo maestre D. García Fernández en el año de 1254. Este lugar, enterramiento de numerosos miembros de la Orden, sufrirá notables transformaciones en los siglos XVI y XVII.
El tempo original era románico, construido a base de sillería. Constaba de tres naves, cubiertas por techos de madera, la central más ancha y elevada que las laterales. De este momento se conservan las tres portadas, siendo la principal uno de los pocos ejemplos del románico en Extremadura.
El estado actual del templo es resultado de las reformas llevadas a cabo en el siglo XVII por el arquitecto Manuel Larra de Churriguera, que también ejecutó las obras del atrio.
En su interior se conservan algunas piezas de interés procedentes del Convento de San Benito que tras la desamortización de Mendizábal pudieron rescatar. El sepulcro del comendador Frey Antonio Bravo de Jerez, magnifica pieza en alabastro, realizada por Lucas Mitata, en el año de 1564; cinco tablas de Luis de Morales que se encuentran en la sacristía, destacando por su buena factura una tabla de la Virgen con el Niño.
En la iglesia también pueden contemplarse un Cristo Yacente atribuido a Martínez Montañés, una talla de Sebastián de Paz de 1639, el sepulcro del Maestre Yañez de la Barbuda, así como la pila donde fue bautizado San Pedro de Alcántara.
Para finalizar la visita, llegamos hasta el Convento de San Benito, donde se celebró el acto central de los premios. El conjunto fue adquirido por Hidroeléctrica Española en 1966 pues se encontraba en estado total de abandono tras la desamortización de Mendizábal en 1835 (la iglesia central fue dedicada a cuadras) y el saqueo de los franceses en la Guerra de la Independencia hasta que en 1985 pasó a la Fundación San Benito de Alcántara.
Fue sede de la Orden de San Julián del Pereiro fundada en 1176 en tierras portuguesas, pasa a denominarse Orden Militar de Alcántara tras el acuerdo de 1218.
Los freires alcantarinos, mitad monjes mitad soldados, adoptaron la regla del Císter. Algunas de sus dignidades fueron: Maestre, Prior, Comendador Mayor, Clavero y Sacristán Mayor. La Orden de Alcántara desempeñó un importante papel durante la Reconquista, época en la que fue anexionando extensos territorios que le proporcionaron una relevante posición económica y militar.
Durante el reinado de los Reyes Católicos se inician las obras, perteneciendo a esta época el claustro, de traza gótica y planta cuadrangular, cubierto con bóvedas de crucería. Por él se accede a la Capilla de Villasayas utilizada como Sala Capitular (donde se reunían los Caballeros de la Orden; actualmente presidido por el Rey Juan Carlos I como maestre de todas las cuatro órdenes militares y que hoy día es una condecoración), al refectorio y otras dependencias.
La iglesia, inconclusa, dedicada a la inmaculada Concepción es de trazas renacentistas. Consta de tres naves con bóvedas de crucería nervada. Dos escudos de Carlos V presiden la nave central, las laterales se corresponden con las capillas de los Comendadores Diego de Santillán y Nicolás de Ovando. En el lado de la epístola se abre la Capilla del Comendador de Piedrabuena, Frey Antonio Bravo de Jerez y, en el lado del evangelio, la sacristía con su original escalera de caracol.